Artículo económico-político de una trilogía sobre la reforma constitucional. Hay dos artículos más en el blog con perspectiva histórico-política y jurídico-política. Además, puedes consultar el texto y escuchar el audio en esta otra entrada.
Siempre se ha considerado que la limitación inflexible del déficit público es una medida neoliberal. Es una medida asociada en la realidad a la disminución de los impuestos progresivos (renta, patrimonio, sucesiones), a la pereza estatal en la persecución del fraude fiscal de las grandes empresas, que están detrás las presiones a los gobiernos para que cedan y detrás de los medios de comunicación para que los ciudadanos estén distraídos mientras le roban la salud, la educación, el techo, …
El descenso de los ingresos por la vía del perdón de impuestos a las rentas más altas dificulta obviamente el trabajo de un gobierno a la hora de prestar buenos servicios a su pueblo o o de mejorar en la integración social. Hubo una década en la que había reformas fiscales (Solchaga, Rato, Solbes) regresivas, altas tasas de fraude y evasión fiscal, en la que no se notó el problema porque un superendeudamiento privado sostenía una actividad económica (construcción y especulación con los precios de la vivienda) envidiada por todos los países y la recaudación (con impuestos bajos a ricos y fraude) era alta. Pero esa década no podía durar eternamente, ya quince-dieciséis años transgredían normas de las matemáticas, pues las tensiones de la expansión del crédito privado provocarían una explosión cuando la bola de nieve no se mantuviese esférica y los crédito más arriesgados fuesen impagados.
Si los ingresos han disminuido porque los ricos no contribuyen, el endeudamiento privado ya no puede sostener la actividad económica y generar recaudación, la sociedad precisa de una inyección de inversión pública que exige acometer grandes gastos… el desequilibrio financiero público brilla como la codicia insaciable de quienes adivinan la oportunidad. La sociedad necesita la intervención estimuladora del Estado y el Estado sólo tiene la fórmula de incurrir en déficit, pues los ricos y las empresas no quieren compartir las migajas de su lujo con impuestos. El déficit es la única fórmula, en esta teoría en la que no escapamos de la exigencia del crecimiento económico, que se le ofrece a los gobiernos sin política monetaria ni tributaria para mantener servicios y para relanzar la economía. A veces los gobiernos con sus ideologías ya se autolimitan y no se atreven a cometer déficits financieros, acuciados también por medios, «mercados» e instituciones.
La reforma constitucional anunciada hoy supone obligar que el consenso del bipartidismo obliga en el futuro a todos los legisladores que hagan los presupuestos, los gobiernos que los propongan, los gobiernos que los ejecuten a no hacer déficits de ninguna forma, haya posibilidades de endeudamiento o no, haya necesidad de déficit o no. Un corsé que impedirá a los gobiernos sin recursos tributarios o monetarios el estímulo de sus economías famélicas. Para quitarse esta camisa de fuerza un partido de igualdad y justicia social debería encender a una gran mayoría del pueblo, capaz de derribar los muros de esta prisión asfixiante. Todos sabemos lo difícil que es conseguir ese despertar tan extenso.
El monstruo que promueve este principio y la grabación del valor en la Constitución, podría igualmente promocionar la constitucionalización de que los impuestos sólo los paguen las personas físicas con rentas menores a 50.000 euros o con consumos que no sean de lujo. Sería otro principio muy necesario para la instauración de un neoliberalismo inflexible y de largo recorrido. Por supuesto, si se aprueba la eliminación de cualquier impuesto a ricos y grandes empresas no será precisa la constitucionalización del derecho de trasladar los dineros a paraísos fiscales. Se cumpliría mi profecía de que el cielo es sólo para los ricos.
Otros principios fundamentales en la constitucionalización del neoliberalismo sería la privatización total de cualquier empresa en manos de las instituciones públicas y cualquier servicio público (nos han insistido sufientemente en la ineficiencia de la gestión pública como para convencernos y nos han explicado perfectamente que si las (mal)vendemos podremos disminuir la deuda pública). El sueño capitalista de que la salud y la educación se conviertan en una mercancía, se vería al fin cumplido. Un estado mínimo en el que no los ricos no tengan que pagar impuestos y en el que el estado no compite con los carroñeros en la dispensa de servicios.
La libertad del movimiento de capitales también debería estar constitucionalizada, no sea que alguna vez a algún estado se le ocurra impedir que su deuda pública o los valores de sus empresas estratégicas caigan en manos de indeseables especuladores, que no vienen tranquilamente a obtener la rentabilidad que ofrezca la acción, la letra, el bono o la obligación, sino a comprar-vender-vender-comprar compulsivamente para sacar tajada.
Pero en la constitucionalización del neoliberalismo hay que profundizar en la no representatividad en la ley electoral y la penalización de las voces disensuales, en el bipartidismo político que se opone al pluralismo y a cualquier tentación social de elegir una opción antineoliberal, en la estigmatización de voces críticas y en la ilegalización de partidos críticos con el sistema, en la represión del derecho de manifestación, en la conversión de los medios de comunicación en medios de embobamiento, en la eliminación del habeas corpus para que la detención intimidatoria sea un arma eficaz, en la negativa de promover referendos desde la sociedad cuya voz a nadie importa, en el mantenimiento de la monarquía florero, … Una sociedad con una democracia raquítica con pronóstico de mayor degradación… con tendencias a un dictadura blanda que puede endurecerse con el transcurrir del tiempo. Canataba Silvio Rodríguez que «hacia el porvenir partieron sombras», pero también han partido las luces que pueden encender el futuro…
Post data: La campaña principal de la oposición es la recogida de firmas en Actuable.
María Luisa Guerrero (@M_Luisa_G)
agosto 23, 2011
Bueno, a ver yo de economía lo justo, lo que es vergonzoso es que se reforme la constitución de un dia para otro en este nuestro estado d derecho,sin hacer un referendum. No hace mucho años se pedían reformas constitucionales por otros motivos y solo de abrir el debate del cambio constitucional nuestro bien-amado PPSOE se rasgaba las vestiduras. Ahora de la noche a la mañana zas! la van a cambiar, ya esta todo decidido, y nada, al que no le guste ya sabe, total siempre se puede hacer perroflauta y desahogarse.
Esto que tenemos no es democracia, no me vale que me digan es que votamos los acuerdos de Europa, entre otras muchas cosas por que nuestros queridos politicos nos explican lo que les interesa, y nunca la parte mala de estos acuerdos.Aunque fuera la medida mas revolucionaria izquierdosa del mundo, lo minimo que se le pide a estos si es democracia es que nos pegunten.
Luego vendran las elecciones y pondran cara de Oh! que ha pasado¿? vease la cara del señor Blanco en las elecciones anteriores despues del descalabro…… Ya me callo que dicen que soy muy radical jejeje
Samuel García Arencibia
agosto 23, 2011
Muchas gracias por el comentario.
Yo tampoco tengo formación económica, más allá de algunas asignaturas… pero la crisis nos ha formado a todos en la materia económica. Es el indicador de por dónde viene el monstruo. En los años veinte y treinta vino por el lado de la política, en cambio.
Las formas antidemocráticas describen con bastante claridad a los políticos al servicio de los bancos y grandes empresas. Hace tiempo que se demostró que sólo convocan referendos si les interesa. En 2005 dieron por bueno un resultado sí malísimo, por la gran abstención. Recuerden a Zapatero orgulloso de que España fuera el primero en ratificar la Constitución Europea con referendo. Todo les vale con tal de dar pasos hacia adelante.
A mí no sólo me preocupan esas formas antidemocráticas. Me preocupa que el principio que quieren inscribir, irracional en Economía cuando se lleva al fanatismo, será vinculante para cualquier situación futura, para cualquier gobierno que llegue.
Ya Rajoy advirtió en un medio extranjero que se espera una gran oposición social en su gobierno. Me da miedo… Ya hemos visto las detenciones ilegales y las agresiones policiales con un pacifismo exquisito de la sociedad levantada. ¿Qué nos falta por ver?.
Buenas noches.
Tinejo
agosto 24, 2011
Querido amigo, estamos sólo comenzando a percibir que algo cambia muy rápido pero por una especie de vía subterránea. Sentimos su vibración pero nos cuesta entender aún el todo del expolio, como la sensación de shock, de incomprensión y desorientación tras un terremoto. Todos estos pasos no son casuales, todo el proceso sigue su curso y nuestro bloqueo es lento en comparación con la estrategia de los poderosos.
Felicidades por el artículo, muy inspirador, muy educativo.
http://casaquerida.com/2011/08/23/subcontrata-refinada/
Samuel García Arencibia
agosto 24, 2011
El monstruo está saliendo a la superficie…
Muchas gracias por el aliento. Estamos juntos en la defensa de los valores.
socalze
agosto 24, 2011
Yo nunca he votado una constitución y voy para 46 y sin embargo ellos la cambian cuando quieren.
Samuel García Arencibia
agosto 24, 2011
Este es el segundo cambio que hacen. En el anterior tampoco hicieron referéndum. En el primero había total consenso y ciertamente era una medida progresista.
Muchas voces exigen que las constituciones se flexibilicen y se habrán a la reforma de las nuevas generaciones, que tienen nuevos modelos de sensibilidad, pensamiento, comportamiento, vida… Cada vez me siento más unido a esos planteamientos. La rigidez de los buenos valores es positiva, pero si aprovechan la rigidez para amarrar instituciones como la Monarquía, por ejemplo, ya no mola. Por eso, viendo la hegemonía social de los banqueros, conservadores, grandes partidos, grandes medios, me alegro de su rigidez que nos salva de retrocesos constitucionales como el que tenemos en marcha.
Alejo rodriguez
septiembre 4, 2011
MUY BUENO SAMUEL….
Samuel García Arencibia
septiembre 4, 2011
Muchas gracias… A ver si entre todos evitamos los retrocesos que la burguesía tiene en su agenda. Un saludo.