La salud del capitalismo
En la conversación librada en la anterior entrada, el atento comentarista Jesús expone desde su conocimiento y dominio de diversas líneas de reflexión crítica, como el capitalismo está en crisis permanente, deduciendo esta idea de la teoría marxista de la contradicción interna del capital o la bajada tendencial de la tasa de ganancia. Mi observación y mi opinión es diferente. Como la reflexión de estas semanas tocaba este punto, intento formalizar aquí esa opinión.
Desde luego, cuando intento exponer una tesis sobre la salud del capitalismo, me alejo del análisis común del capitalismo como escenario histórico de la lucha de clases entre burguesía (con sus instituciones renovadas: grandes corporaciones internacionales, que organizan una tupida red en la que se difumina su identidad) (en sus instituciones: nación, democracia representativa) y proletariado (con sus instituciones: sindicatos, partidos) (con sus métodos: elecciones, movilización de protesta). En la caverna de la conciencia en la que habitamos y de la que somos víctimas confundimos esas sombras con la realidad. En épocas de encantamiento, como la década larga de 1996-2008, parece que no hay tensión dramática en ese teatro. En épocas de desencanto, como la actual, el escenario se vuelve a llenar de actores y de énfasis.
El capitalismo es un sistema biocida (arrasando con su racionalidad homogeneizadora la diversidad de vidas que se enredan para crear sistemas complejos y resilentes (adaptativos)), homicida (condenando a pueblos periféricos y a clases e individuos en el centro a una obsolescencia, una inutilidad, un abandono, hambre, frío, calor y muerte modernos), genocida (eliminando por expulsión o por asimilación la diversidad cultural creada por la humanidad para adaptarse a los muchos sitios en los que estableció su hogar). Esta declaración debe formularse antes de empezar, porque el diagnóstico de salud del sistema no significa la aprobación moral del sistema, por supuesto. Con todo, teniendo en cuenta la consistencia y la terquedad de las fuerzas sociales que alimentan al sistema social, parece que poco puede el esfuerzo de comprensión del sistema por unos pocas personas con esta inquietud.
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Jesús, como Jonh Holloway (de forma diferente), considera que la crisis del capitalismo se produce en la crisis del trabajo abstracto. Marx considera que la carrera del capital por la reducción de la importancia del factor trabajo en el proceso productivo (para el aumento de la plusvalía de forma relativa), por medio de la mejora de la organización del trabajo y de la tecnología, lleva pareja una carrera hacia la reducción del capital. En esa doble carrera decrece el trabajo abstracto puesto en funcionamiento para la obtención del objetivo de acumulación, en contexto de competencia. En el plano teórico, el capital, para mantenerse en vida, crea una lógica tendente a su liquidación.
En el plano real, se puede considerar que el proceso teorizado es causa de procesos históricos como la concentración del capital en la selva de la competencia (la expropiación de capitalistas espabilados de los capitalistas atrasados) o, en el reverso, como el progresivo aumento de la población desempleada porque la técnica los hace prescindibles. El dinamismo del capital produce una expansión de su lógica por el espacio (en los tiempos actuales se observa como se recoloniza el mundo para extraer las últimas gotas de energías fósil o para producir los alimentos de las naciones centrales) y por los sectores económicos (hemos visto como la lógica de la mercancía ha invadido hasta los cuidados personales), buscando el aumento de la masa de plusvalía, disminuída en los sectores de más antiguo asentamiento. Otras formas de huir de la predicción es la financiarización (cuando el capital dinero no sabe retornar para al proceso productivo para acceder a plusvalías ya que la sociedad está saturada de mercancías que no se pueden adquirir, el dinero busca su acrecimiento en la especulación con acciones, materias primas o lo que sea).
La concentración de capital, el desempleo, la economía de escalas, la mercantilización de todo, la financiarización son procesos derivados del desarrollo de la lógica del capital, del capitalismo, que acompañan a este en su senda hacia la reducción del trabajo abstracto y del valor.
Si llevamos la teoría hasta el final nos encontraríamos en un absurdo en el que ya no es necesario ningún trabajo porque la tecnología lo hace innecesario, el capital se concentra en una unidad de valor, la capacidad productiva de valores de uso es infinita, la sociedad es totalmente inútil y excluída de los medios de subsistencia o de satisfacción de cualquier necesidad o deseo.
Sin embargo la Historia pone límite infranqueables para el desarrollo de estas premoniciones. Desde la formulación de esta ley de tendencia, se expresaron varias contratendencias que retrasan el momento crítico en el que alcanzamos la distopía perfecta. Con la visión histórica de un siglo y medio hemos visto como el capitalismo ha tenido su mayor aproximación hacia ese límite por medio de su etapa fosilista, que dura ya un par de siglos y todavía promete aguantar algunas décadas o algún siglo más, ahora recorriendo la vertiente descendente (y pestilente) y la disminución de la composición orgánica del capital, con su consecuencia de recuperación de la necesidad de trabajo.
En este pronóstico de agotamiento del capitalismo no puedo diagnosticar una crisis del capitalismo. El capitalismo puede encontrar con su capacidad para adaptarse las formas de dominar a su creador.
Por su parte, Jonh Holloway considera que la crisis del trabajo abstracto ocurre en las infinitas e infinitésimas resistencias que la sociedad y las personas oponen a la lógica de la mercancía, del salario, del dinero, del capital. El festeja las grandes grietas, rebeldías, dignidades como la que abre el zapatismo (quizá la sociedad del Kurdistán), pero también la multitud de pequeñas grietas que se abren en el tejido social que ha formado la lógica del capital.
Es positivo pensar que bajo la triste apariencia de hegemonía de la relación de mercancía en las sociedades late una amenaza. Ciertamente la lógica de la mercantilización de las relaciones sociales no tiene la suficiente capacidad de invasión total ni con ayuda de la lógica con cara amable del estado, bajo su forma de estado del bienestar. Ni siquiera en esta época del capitalismo fosilista en las naciones enriquecidas, en cuyas sociedades la mercantilización se expandió al máximo y el estado cubrió caritativamente las necesidades de la población expulsada de los circuitos de salario y beneficios.
Sin embargo, en mi observación pesimista del mundo encuentro una multitud de psicologías sujetas a la lógica y grandes aparatos de poder creados por esta lógica infernal devastando el mundo. Las relaciones sociales liberadas apenas tienen aliento en esta parte del milenio para desembarazarse. El fetiche de la mercancía más sus creaciones en un ahora que probablemente dure siglos tiene demasiada fuerza, lo que no quiere decir que no debamos hacer la revolución aquí y ahora en los microcosmos en los que veamos la oportunidad.
Jesús
abril 11, 2015
Tal como está redactado tu post me surgen dudas, pues por momentos no sé si tratas de una percepción de lo real, de una creencia o de una teoría, o también sobre qué podemos entender por «crisis» (¿fase crítica con desenlace incierto?, ¿tiempo de incubación de una enfermedad?, ¿proceso durante un tiempo disimulado bajo una aparente robustez?) o si ésta queda en un peldaño superior a la expresión «agotamiento» o están en un mismo escalafón. Con el tiempo, probablemente, iremos despejando las incógnitas.
Sobre otros detalles tengo menos propensión a la duda. Así, por ejemplo, sucede cuando hablas de «la disminución de la composición orgánica del capital». No creo que disminuya sino que varía su composición, la relación entre capital fijo y capital variable.
Cuando haces referencia a la consideración de Marx sobre la «reducción de la importancia del factor trabajo en el proceso productivo», habría que precisar, así lo entiendo, que se trata de la parte abstracta del trabajo. En el marco de la globalidad, en la relación unidad de tiempo/valor, China aumentó la mano de obra en su modelo capitalista pero disminuyó la parte de trabajo abstracto, es decir, el trabajo abstracto global se reparte entre una cantidad mayor de trabajadores productores de plusvalía.
Tu frase se completa con la alusión a que «la mejora de la organización del trabajo y de la tecnología» lleva aparejada una «reducción del capital». Creo que las cosas no funcionan así. Las sociedades complejas, como la nuestra tienen la necesidad de aumentar la inversión de forma generalizada y absoluta en todos sus ámbitos aunque sea menor en el capítulo del trabajo asalariado. Se empieza recaudando cada vez más impuestos, luego acude al crédito y a la creación de capital ficticio en cualquiera de sus variantes, llegándose de este modo a invertir de la pirámide del capital. La insaciabilidad del incremento del gasto es consustancial al aumento de la complejidad, sucediendo que una vez alcanzado un punto considerado crítico comienza a decrecer su rendimiento marginal aunque continúe incrementándose la inversión, produciéndose, con mayor o menor prontitud, la insostenibilidad del sistema o de la civilización (Imperio romano, mayas, etc.). En el ámbito de la producción la competitividad obliga a inversiones constantes en mejoras tecnológicas de mayor complejidad a la vez que produce objetos que contienen un menor valor/tiempo. Dependiendo de la «grasa» contenida en el sistema el proceso de agotamiento o debilitamiento sin posibilidad de recuperación puede durar siglos (Imperio romano) o un decenio (indios pueblo).
Tengo la sensación de que la frase «El capitalismo puede encontrar con su capacidad para adaptarse las formas de dominar a su creador» está incompleta. Si la interpreto como que «su adaptabilidad le permite encontrar nuevas formas de dominación» en tanto que fórmulas de carácter expansionista, lo cual está en consonancia con las tesis anticapitalista más al uso, estaría cometiendo lo que considero un error teórico. Creo que en la fase actual cuando el capitalismo se metamorfosea ya no lo hace con el fin de encontrar nuevas formas de dominación, pues en tanto que sujeto abstracto, autómata e impersonal no necesita de nuevos disfraces con el que camelarnos o seducirnos, ya hace mucho tiempo que bailamos al son de su música desde que nos inoculó el virus que nos hace reproducirlo constante e inconscientemente, limitando de este modo el rechazo en la acción o en la teoría política al marco de sus inmanencias, auto-incapacitándonos para su superación. Cuando las finanzas se desregularon, cuando el capital se mundializó, cuando las empresas se externalizaron, ello no fue fruto de una estrategia deliberada, una revolución conservadora o una ofensiva del capital, se trató de una concesión hecha a las realidades de la crisis del valor, aprovechando para deshacerse de todo lo que lastra su supervivencia menguante. Es decir, la «adaptación» o sus apariencias innovadoras son formas de ocultar su proceso degenerativo, su incapacidad para revalorizar el valor y frenar el decrecimiento del rendimiento marginal. El capitalismo, con su desarrollo de las fuerzas productivas y su lógica de la ilimitación, imposibilita la descomplejización del sistema recurriendo constantemente a un mayor esfuerzo inversor cuyo fruto ya solo rinde de forma decreciente, a mayor inversión menor rédito, una espiral para la que ningún programa político de largo o corto plazo augura una salida, pues ninguno aspira a romper los automatismos suicidas y devastadores del sujeto autónomo. No sabe vivir de otro modo más que ahondando en la pulsión de muerte, en la convergencia del placer y la muerte. Es la reviviscencia del mito de Midas: pretendiendo convertir en oro todo lo que toca, ni bebe ni come.
Saludos
Samuel García Arencibia
abril 12, 2015
Digamos que es una creencia fundada en la observación (quizá errónea) del crecimiento todavía de fenómenos como la desposesión en los márgenes del sistema, el desempleo estructural, la concentración de empresas, el aferramiento de la mayor protesta social en occidente a la forma socialdemócrata de capitalismo, … Es decir, las relaciones sociales de este sistema desplazan a otras formas de relación social y débilmente ocurre lo contrario.
Cuando formulo la disminución de la composición orgánica del capital (COC) me refiero al momento en el que la tecnología que aprovecha la energía fósil ya no tiene fuente de energía abundante. Se prevé el aumento de necesidad de trabajo. El aumento del denominador en la ecuación significa una disminución de la COC.
Finalmente, la capacidad de adaptación atribuída al sistema no es una capacidad otorgada personalmente a la clase dirigente sino a esas fuerzas que se producen en la generalización de la relación social de la mercancía, valor, dinero, capital. Todavía (no sé si alguna vez) no llego a tener clara la idea de cómo se despiertan, sólo tengo la intuición, que intenta ser algo más, de que en ese caldo de relaciones sociales se cuecen esas fuerzas con capacidad todavía de imponerse a otras fuerzas desactivadoras. Zafados del esquema convencional de crítica al sistema y aventurados en la composición de una crítica más enraizada, nos adentramos en un terreno revuelto de fantasmas y realidades, de dificultad, de incertidumbre, de lastres de la crítica común, …
anton
abril 26, 2015
Algunas ideas, a vuela pluma, sobre la salud del capitalismo por si te sirven de algo: 1º.- El modelo (al igual que sus precedesores, el esclavismo, el modo asiatico y el feudalismo) TAMPOCO genera la suficiente igualdad económica entre la población. Ni entre países. Al contrario, acumula y concentra la riqueza en las empesas y sus socios expoliando rentas del resto. La evidencia empirica es elocuente con mercados cada día, cada mes, cada año, más y más monopolizados y oligopolizados. Por tanto, tarde o temprano, las tensiones sociales que genera (Marx), lo tumbarán. 2º.El modelo ya sufrio un asalto historico en 1917: la revolución rusa. Y la revolución maoista en los años 50. Desde esas fechas hasta finales de los ochenta con la caida del bloque sovietico y Paises del Este europeo la mitad del planeta YA ESTABA en otro modelo socio-económico: el socialismo. La mitad del planeta. Esta embestida al capitalismo retrocedió. Por defectos internos obvios peros subsanables, y tambíen, por presiones externas. Pero consiguio algo que no se comenta demasiado:NO ESTAMOS EN UN MODELO CAPITALISTA en nigún pais, tal como sí existía en 1917, o en el los siglos XIX y finales del XVIII. Es decir no estamos en un modelo donde los medios de producción estén en manos privadas al 100% o casi. Con ese asalto socialista hemos pasado a economías mixtas con el Estado generando pib publico al 50% del total desde ya mediados los cincuenta del siglo pasado. 3º.-Los modos de producción historicos cambian via revoluciones sociales.Esas revoluciónes se producen sólo (y no antes) en épocas en las que el expolio de riquezas de la clase dominante es extremo. Las élites capitalistas han vuelto al »modo extracción de rentas» desde la caída de la Urss. ¿Hasta cuando? Hasta llegar a ese extremo de expolio. Todavía no hemos llegado, por lo visto. Dicho de otro modo, y por desgracia: para que muera el capitalismo la mejor estrategia es dejar que funcione, y al máximo rendimiento. O eso o la revolucion. La simples críticas, como estas, no consiguen nada. Al revés sólo demoran su caída. Saludos
Samuel García Arencibia
abril 28, 2015
Hola, Antón.
Muchas gracias por tu comentario.
Me parece entender que sitúas el motor del sistema en la propiedad de los medios de producción y que la revolución para tí puede ser un cambio de titularidad en el que el Estado sustituya al propietario privado. No coincidimos. En otras entradas hemos hablado de esa visión de Marx, que es fácil de encontrar en su obra.
Pero de su obra se han desgajado otras conclusiones. En una de ellas el motor del sistema está disperso en la sociedad. El motor se sitúa en la mercantilización de las relaciones sociales, en la lógica de acumulación, en la hegemonía del dinero como mediador social, en la inconsciencia social de este fenómeno social, en la liberación de unas fuerzas sociales superiores y opuestas al anhelo de sociedades justas, … La concentración de riqueza, la proletarización, la exclusión y la explotación no son más que consecuencias que se integran en la causa. En esta forma de entender la realidad a través de Marx el camino revolucionario no tiene una trayectoria definida de toma del poder por medio de partidos que se mueven en el juego electoral o armado.
Saludos.
anton
abril 28, 2015
No, el Estado no debe ser el titular jurídico de los medios de producción. No era esa mi solución, ni la de Marx. En lo poco que yo he leido de Marx dice claramente que los medios deben pasar A MANOS de las clases obreras. Cualquier otra intrepretación es errónea, en mi opinion. El Estado sólo debe ser la entidad representante de eses ciudadanos-socios de la sociedad socialista. Y, tomando lecciones de sociedades anteriores , p.ej. la propia empresa capitalista, en la cual no manda ni la sociedad(estado), ni sus administradores(dirigentes), sino que el mando jurídico, real y efectivo es de sus socios y propietarios, yo añado que, como posible instrumento de esa titularidad, los ciudadanos socialistas deberían tener titulos-participaciones, bien del propio Estado, o bien de las mismas empresas públicas. Y, tambien, como ya sucede desde hace tiempo en la empresa capitalista, los dirigentes póliticos no deberían poder tomar cierto tipo de decisiones SIN EL CONSENTIMIENTO de los ciudadanos. Entre otros efectos( incentivos, motivacion,..), la ciudadanía evitaria ventas indiscriminidas e injustificadas de bienes públicos sin su aprobación. Puede sonar exagerado, pero yo creo que esta medida hubiese evitado que Gorvachov y su Perestroika, Yeltsin,,etc.., propusieran la privatizacion masiva (y posterior disolución) del socialismo y sus empresas. Un Estado propiedad de sus ciudadanos no es un problema.Un Estado propiedad de su clase dirigente, si lo es.
»El motor se sitúa en la mercantilización de las relaciones sociales, en la lógica de acumulación, en la hegemonía del dinero como mediador social, en la inconsciencia social de este fenómeno social, en la liberación de unas fuerzas sociales superiores y opuestas al anhelo de sociedades justas». El problema tampoco esta , a mi modo de ver, en el capital y sus relaciones de producción: dinero, mercado, beneficios, riqueza etc..Capital siempre lo ha existido, incluso en las más pastoriles comunidades primitivas. El dinero en si mismo como medio de cambio, unidad de cuenta, deposito, etc.,es neutral. El capital privado es el problema. Saludos
Jesús
abril 30, 2015
Hola Antón.
Creo que se viene abusando del lenguaje cuando a éste se le otorga una elasticidad que hace dificultoso, en ocasiones, saber de qué se habla exactamente. No sé si me excedo en mi apreciación cuando interpreto que donde dices «modelo» (forma que adquiere una estructura), quieres decir «sistema» (estructura en torno a la que giran las cosas, o principios que las sustentan). Esta es la razón por la que ya no sé, según la lectura que ofreces, si la revolución del 17 y la posterior de Mao fueron contra el capitalismo o contra una forma de mismo. A la vista de lo acontecido, parece que el objetivo no previsto fue lo segundo. ¿Contribuyó a ello la aportación del marxismo o su interpretación mayoritaria a la universalización del occidente versión de izquierdas?
Defines de forma un tanto vaga («las tensiones sociales lo tumbarán») qué es lo que origina un cambio de paradigma. Al menos desde el neolítico afloran las tensiones sociales, pero no fue eso lo que «tumbó» al decadente Imperio esclavista romano cuando ya no podía ni con su alma, sino los bárbaros, del mismo modo que no fueron los siervos quienes acabaron con el feudalismo cuando éste ya no daba más de sí. Si en la actualidad el sistema capitalista se agota, no es principalmente por las tensiones sociales que produce y que son evidentes (aunque sólo exijan correcciones a supuestas disfunciones del sistema y una humanización del mismo), sino por su propia dinámica interna.
Que la revolución industrial socializase la forma de producir, agrupase en fábricas ejércitos de operarios, cuales campos de concentración, o que lo faraones juntasen muchas manos para construir pirámides, nada tiene que ver con la ausencia de explotación en tanto que sinónimo aproximado de socialismo. Del mismo modo que la socialización de la propiedad (accionariado) propia de la actual etapa por la que pasa el capitalismo no debería traducirse como propiedad colectiva en tanto que bien común. Por lo hasta ahora conocido, la socialización no es sinónimo de ausencia de dominación del hombre por el hombre. Como muchas cosas en la mística de la revolución, es uno de entre tantos eufemismos.
Cuando aventuras que «para que muera el capitalismo la mejor estrategia es dejar que funcione, y al máximo rendimiento», haces que me pregunte qué quedará del planeta y de la especie humana cuando el funcionamiento de la maquinaria del sistema llegue a un punto determinado de su funcionamiento «máximo», a un tope abstracto que nadie ha concretado. Se trata de una forma de hacer la apología del «crecimiento de las fuerzas productivas» a la que ha sido afín el marxismo tradicional y que le ha supuesto, y le supone, un lastre a la hora de enfrentarse al productivismo.
Una vez que te adentras en la hipótesis de la sociedad socialista, que defines como «ciudadanos-socios», abres la posibilidad a que perdurabilidad de la distinción entre dirigentes y ciudadanos, admitiendo que aún una fracción de la sociedad se desprenda del tronco común y que no «gobierne obedeciendo».
Si, como supongo, la sociedad post-capitalista se identifica por unas relaciones sociales ajenas al mercantilismo y al fetichismo que le es propio ¿por qué habría que vender algo, y menos aún «bienes públicos»? Aunque también debo suponer, por lo que cuentas, que aún no estaríamos en tal tipo de sociedad, pues das a entender que no se plantea la abolición del Estado: ya que el hecho de considerar, como haces, la existencia del capital como transhistórica (dándole carácter lineal) justifica la existencia del Estado, olvidando, de paso, que la forma Estado propia del capitalismo no se corresponde necesariamente con otras formas históricas de concentración del poder o de sometimiento de toda la organización social a una solo instancia. Claro que olvidas que el capital es ante todo una relación social, que si bien la moneda, las conchas, los colmillos de animales u otras cosas ejercieron una función técnica en el intercambio, ello no tiene nada que ver con el dinero en tanto que sujeto que se autorevaloriza. Nos puede resultar ilustrativo la fórmula de Marx que define el capitalismo: D-M-D’, contrapuesta a la del precapitalismo: M-D-M.
Saludos
antonio
May 2, 2015
Jesus,
Un poco de construcción..
Me tesis principal es que el capital no es el problema. Y si lo es la DESIGUALDAD DE CAPITAL entre los agentes económicos. Si los socios de cualquier sociedad, hoy y ayer, pequeña o grande, poseen similares porciones-cantidades de ese capital en curso en un momento dado, cualquier tipo de relación productiva (mercado, dinero, acumulación de riqueza,etc.. ), …entre ellos es no relevante. Además de ser no perjudicial y, en general, contribuir al bienestar de las personas.
Algo de debate.
Las tensiones sociales, de clase. Si son las tensiones sociales y sus revoluciones las que tumban los modos de producción. Los barbaros no terminaron con el esclavismo de Roma. Eso fue una lucha territorial entre…esclavistas. Los siervos no fulminaron el modo feudal, pero si lo hizo la burguesia y sus revoluciones liberales (Francesa, Americana, etc..). ‘El capitalismo se agota por su dinamica interna’, dices. Cierto.Pero esta en su ‘dinamica interna’ generar esa tensión social.
»la socialización no es sinónimo de ausencia de dominación del hombre por el hombre». El capitalismo no socializo.No, el capitalismo sólo amplia un poco el reparto de la propiedad (accionariado).Ese accionariado, entre si, si se salva de la ‘ dominación del hombre por el hombre’. ¿Has visto algúna critica de cualquier socio de cualquiera de los cientos de millones de sociedades existentes que diga que se siente ‘dominado’? Yo, no. El resto, los asalariados, no se salva, desde luego. En eso estamos.
El socialismo real nunca dio la propiedad a los trabajadores. Nunca los hizo iguales en la propiedad. No es válido como ejemplo de socialización.
»para que muera el capitalismo la mejor estrategia es dejar que funcione, y al máximo rendimiento” No, no es un canto al productivismo. Es sólo indicar que el capitalismo morirá de éxito. Por sus propias dinamicas internas, como tu dices. Cuanto máyor sea la explotación más cerca estará la proxima revolución. Efectivamente, este planteamiento no dejan en gran lugar a las clases obreras y su capacidad de rebelión.
»la sociedad post-capitalista se identifica por unas relaciones sociales ajenas al mercantilismo y al fetichismo que le es propio ¿por qué habría que vender algo, y menos aún “bienes públicos”?» No, insisto, en mi opinión, el capital no es el problema. Y si lo es la desigualdad intrínseca que general el capital PRIVADO. Por tanto en la sociedad post-capitalista, si habrá capital pero COMUN. Y habrá mercado, precios, demanda, oferta, etc…
»el capital es ante todo una relación social» El capital es sólo una acumulación de los productos del trabajo. Energia acumulada, siendo pedante. La relaciones, todas las relaciones, vienen después y son derivadas de esa acumulacion.
»el dinero en tanto que sujeto que se autorevaloriza» ?? Estaría encantado de que me explicaras esto. Marx, con las dos formulas, algo simplistas por otra parte, sólo queria diferenciar las actividades económicas productivas, que satisfacen necesidades y con valor de uso (M-D-M), .de las que tienen un único motivo especulativo, financiero y simple valor de cambio (D-M-D).
Saludos,
Jesús
May 3, 2015
Antonio
Si en tu primera entrada ya me pareció fuera de lugar la afirmación: «para que muera el capitalismo la mejor estrategia es dejar que funcione, y al máximo rendimiento», comprenderás que no me sea de recibo la apología del sufrimiento redentor, propia del circo romano, que nos aporta tu nueva entrada: «Cuanto mayor sea la explotación más cerca estará la próxima revolución». Los pueblos ya han sufrido en exceso episodios de sadomasoquismo como para seguir alentando la barbarie.
antonio
May 3, 2015
Jesus. No me interesa nada el sufrimiento redentor, ni el sadomasoquismo, ni la barbarie. Nada de poner la otra mejilla. Nada. Sólo hago alusión a que, históricamente, los episodios de revolución social que liquidan los modos de producción se producen sólo y siempre en momentos de extrema explotación por parte de la clase dominante: hambrunas, saqueo de impuestos, restricciones a la libertades politicas y sociales, etc.No me parece deseable, pero… es lo que sucede.