La letra pequeña de los papeles de Bárcenas

Posted on febrero 9, 2013

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Casi no se habla ya de déficit, de prima de riesgo, de nuevos recortes, … El tema favorito de nuestras sociedades del bienestar y el consumismo desde hace años. La terapia de shock neoliberal del 2012, la tregua de los mercados, la dosificación de los recortes para no desbordar la indignación… han conseguido un tiempo de calma, precedente de las tempestades que vendrán.

Tampoco se habla de los temas vitales que esconde el carrusel de medidas para ajustar el modelo neoliberal de capitalismo. De la guerra imperialista del embaucador de ingenuos (Hollande) en Malí a la sociedad que se informa pasivamente sólo llega una justificación de una guerra necesaria para combatir el terrorismo yihadista, del cambio climático hace tiempo que no se cuenta nada y sus cumbres huecas pasan inadvertidas, del cambio modelo económico que se puede implantar en España para no depender de turistas, inversiones y créditos externos no se debate jamás, de la crisis de la biodiversidad o de la diversidad cultural hay un silencio ensordecedor, de la crisis energética que viene sin remisión no se oye palabra, la calidad de la democracia degradada en favor de los señores que mandan en los mercados parece no importar, …

Si no se toca el tema favorito de los medios alarmistas en los últimos meses (la crisis de la deuda soberana) y tampoco los temas fundamentales (la guerra imperialista, el cambio climático y la crisis ecológica, el modelo económico al servicio de acumuladores de fortunas, la calidad de la democracia, …), los medios de distracción y manipulación se han volcado con una parte de la corrupción de nuestra sociedad, la de empresas que dan dinero de forma «altruísta», la de partidos que recogen esas donaciones «incondicionalmente», la del reparto de parte de ese dinero entre las jerarquías del partido (en este caso el PP). Casi siete millones de maletines con decenas y cientos de miles de euros de Mercadona; Luis del Rivero de Sacyr Vallermoso; José Miguel Villar Mir (al que el Rey otorgó título nobiliario) de diferentes empresas energéticas (Villar Mir Energía), siderometalúrgicas (Ferroatlántica), de fertilizantes (Fertiberia) y de construcción (Grupo OHL); Manuel Contreras, de la construcción, … Casi siete millones de sobres periódicos con miles de euros para casi todos los políticos relevantes del partido, asociaciones como la Basta Ya de Rosa Díez y Fernando Savater. El que parte y reparte (Bárcenas) se lleva la mejor parte y amasa fortunas por esos mundos de dios.

La reacción. A juzgar por la dimensión de las manifestaciones y los resultados de los sondeos de intención de voto a la sociedad el escándalo le ha provocado una indignación silenciosa. Una indignación que no grita en las calles sino refunfuña en las cafeterías o ironiza en las redes sociales. Cuando nos ven en la calle nos miran con indiferencia o con una complicidad volátil, aunque hay quién se encara con nosotros, nos exige respeto a la presunción de inocencia o nos afea por manifestarnos sin comunicación a delegación de gobierno (lo que les parece ilegal y en esa confusión entre lo legal con defectos de formalización y lo ilegal delictivo pueden pensar que son correctas las cargas policiales, la detenciones, las agresiones, …).

La letra grande de los papeles de Bárcenas son legibles o traducidas a no lectores por medios audiovisuales. Muchos sospechamos la veracidad de la información de los documentos y vemos en esos datos la demostración de un entendimiento entre los políticos en el poder político y las empresas con poder económico para andar por una senda muy definida de capitalismo.

La letra pequeña permanece, en cambio, en el descuido. Nos empeñamos en identificar a los sobrecogedores y nos olvidamos de sobredadores. Perdemos de vista con la magnificación de esta caso de corrupción que incluso sin corrupción los grandes partidos en el poder desarrollaban y desarrollan una política contraria a la igualdad o a la libertad, gobierne Pepe o gobierne Juan. Uno de los escasos logros de la movilización social de los últimos tiempos (identificar en amplios sectores que los grandes partidos tienen un comportamiento similar cuando llegan a poder, «PSOE y PP la misma mierda es», también los nacionalistas de turno) corre riesgo de ser absorbida con el paso del tiempo por el gran partido que ahora está libre de las acusaciones (y frotándose las manos) de los medios que teníamos identificados como engaña-ilusos, como ocurrió con el NO A LA GUERRA de Irak. Lo peor, entre el tema favorito (la crisis financiera o la crisis de deuda soberana, la consolidación fiscal, los recortes, …) y el tema circunstancial («la corrupción del PP», solo del PP) no acometemos los problemas fundamentales (la guerra imperialista, la crisis ecológica, la calidad de la democracia, el modelo económico, …). Se habla muy poco de las bifurcaciones en el camino del capitalismo que deberíamos seguir para abandonar sin prisa pero sin pausa la organización tan horrible de la Humanidad.

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