Los Recortes Generales del Estado para lo que queda de 2012

Posted on abril 3, 2012

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El documento denominado Presupuestos Generales del Estado hace unos años eran una enorme pila de tomos de papel, que llegaban en una furgoneta al Congreso de Diputados. Desde hace unos años los Ministros de Hacienda presumen de modernos y todos los años compiten por superar la modernidad del año precedente: el DVD, el pendrive, el código BIDI.

A la par que se han modernizado lo que los archiveros llamamos soporte, los Presupuestos Generales del Estado (y de las Comunidades Autónomas, …) se han ido convirtiendo en los Recortes Generales del Estado. Es cierto que los primeros años de esta carrera de modernidad los recortes no se notaban, ya que la burbuja inflada con endeudamientos privados (créditos a promotores e hipotecas) transportaba a los Gobiernos unos caudales de ingresos con los que podían fácilmente aparentar que eran generosos padrinos que regalan cheques a sus ahijados (el cheque-bebé, el cheque-400 euros por elecciones, el cheque-alquiler a jóvenes que volvieron a casa por la crisis más que por Navidad). En esos años se afilaban las tijeras con reformas fiscales que disminuían la capacidad de absorber impuestos por el Estado o se mantenían deducciones que fomentaban la inflación de la burbuja inmobiliaria (deducción de vivienda) o bursátil (deducciones por planes de pensiones).

Cuando bajó la marea y el Estado se vio con el culo al aire, empezó la crónica de la aceleración del proceso de profundización del capitalismo sin bienestar en los países periféricos del occidente, proceso con treinta-cuarenta años de vida. El primer conductor de esta aceleración del siglo XXI se llamó José Luis Zapatero, de cuyo nombre los presentistas no se acuerdan.

Estos dos partidos (PP y PSOE) se asemejan en tanto… Hoy he querido fijarme en la comicidad con la que intercambian los roles. Hace unos meses el PSOE actuaba en el papel de gobierno y el PP le decía que sus reformas laborales o sus recortes no servirían de nada. Ahora que el PP hace las mismas reformas y los mismos recortes es el PSOE quien le reprocha lo antisocial de sus medidas. Hasta el punto de que algunos altos mandatarios psocialistas aparecen en las «nuestras» manifestaciones.

Espero que muchas personas conciban la inmoralidad del cambio de papeles de la pésima comedia. Pero reconozco en la sociedad un proceso de indulgencia progresiva, sostenida en la fragilidad de la memoria, en fidelidades hacia marcas huecas o en una pérdida del rumbo ideológico.

Me dicen que los recortes de Zapatero no eran tan antisociales. Que se lo digan a los beneficiarios de sus cacareados cheque-bebé o cheque-alquiler. Que se lo digan a los dependientes a quienes les restó la retroactividad de la ayuda. Que se lo digan a los empleados públicos. Que se lo digan a los pensionistas. Que se lo digan a los beneficiarios de la política de vivienda basada en subvenciones, en disminución. Que se lo digan a los habitantes de países empobrecidos que recibían una mala ayuda oficial al desarrollo, muchas veces el precio para que sus países colaboraran en el control de fronteras a la inmigración. Además, no lo es lo mismo quitar cuando cuando se empieza a recortar que cuando ya han quitado los millones más supérfluos. Además, dentro del paradigma de estos dos partidos (ambos) tenían el propósito de bajar el déficit del 11,4% del 2009 al 0,4% en 2020; al PSOE le tocaba disgustar desde 2009 hasta 2012 con un recorte hasta 4,4% y se fue en 2011, sin asumir el desgastante presupuesto de 2012, en un 8,51%.

Conclusión: quien quiera librarse de esta dinámica de retrasos sociales y de desigualdad creciente, que no busque en esas dos mansiones de los horrores; a quien no le importe o quien crea que lo que hace su partido es una necesidad histórica, que vote indiferentemente a uno o a otro o que vote por los matices en libertades privadas que tienen; pero no confundan.

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